A la hora de calificar a un alumno, los docentes utilizamos notas numéricas que pretenden reflejar lo que el alumno ha aprendido en una Unidad Didáctica, en un trimestre, o durante todo un año académico. Así, habitualmente nos encontramos situaciones en las que un alumno puede obtener notas como 6,15, o 4,85 por ejemplo. En ambos casos nos puede surgir la duda de qué significan esas notas y su relación con el aprendizaje del alumno. En el segundo de los casos la duda es mayor, ya que al alumno le faltan 15 centésimas de punto en conocimientos para aprobar la asignatura. ¿Qué significa eso?, ¿cómo podemos medir 0,15 puntos de conocimientos?, ¿aprobamos al alumno?, ¿no lo aprobamos?
En relación con la calificación final del curso nos puede surgir también el caso de un alumno que apruebe la primera evaluación con un 6,25; suspenda la segunda evaluación del curso con un 3,5 (no recuperando dicha evaluación) y en la tercera evaluación obtiene una nota de 5,25. Si hacemos la nota media, el alumno obtiene un 5, ¿lo aprobamos?, ¿lo suspendemos?, ¿debe recuperar la segunda evaluación? Normalmente se suele hacer lo que dictamine la Programación Didáctica del Departamento, con lo cual, en algunos centros ese alumno no podrá aprobar y en otros sí. Con el presente programa informático de calificación por competencias solucionamos gran parte de estas incongruencias.
El artículo 15 de la Orden de 05/08/2014, de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, por la que se regulan la organización y la evaluación en la Educación Primaria en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha establece que: “Según se dispone en el artículo 11 del Decreto 54/2014, de 10 de julio, en la evaluación final, el equipo docente adoptará la decisión sobre la promoción de curso o de etapa del alumnado, mediante la valoración del logro de los objetivos y del grado adecuado de adquisición de las competencias clave. En la misma línea, el artículo 21 de la Orden de 15/04/2016, de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, por la que se regula la evaluación del alumnado en la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, “Al final de cada uno de los cursos de la ESO el equipo docente elaborará, para cada alumno, un consejo orientador que incluirá el grado de consecución de las competencias por parte de cada alumnado".
La herramienta que se propone desarrollar se basa en un modelo de calificación acorde con el proceso de enseñanza/aprendizaje por competencias, en consonancia con la normativa citada y está basado en la evaluación del alumno a través de los estándares y resultados de aprendizaje y de los criterios de evaluación de cada una de las materias del currículo, agrupándolos en lo que hemos llamado puntos de corte. Pretende una calificación lo más objetiva posible del alumnado y poner de manifiesto las insuficiencias del modelo actual basado fundamentalmente en los exámenes tradicionales y en una medición, a nuestro entender, obsoleta y subjetiva,que no reflejan con exactitud el aprendizaje del alumno.
El concepto de evaluación y el de calificación no son intercambiables. El primero es más amplio que el segundo, por lo tanto, puede darse evaluación sin calificación, aunque para calificar hay que evaluar. En este sentido es importante destacar que podemos, como profesores, evaluar tareas o comportamientos de los alumnos, pero, en algunos casos no calificarlos. Así, un profesor, aunque se tenga que ceñir a los indicadores competenciales extraídos de los criterios de evaluación para evaluar y calificar a los alumnos como veremos más adelante, puede profundizar en determinados contenidos y evaluarlos si el contexto así lo requiere sin tener por qué incluirlos en la calificación. Como resumen, es necesario hacer hincapié en que la evaluación tiene como misión principal mejorar la calidad de la enseñanza y que el objeto esencial de la calificación es el de clasificar y seleccionar a los alumnos.
OBJETIVOS:
1.- Evaluar y calificar las materias del currículo.
El presente programa de calificación pretende evaluar y calificar las materias del currículo en consonancia con la normativa de evaluación vigente tanto en Educación Primaria como en Educación Secundaria Obligatoria. Los estándares y resultados de aprendizaje y los criterios de evaluación de cada materia serán, junto a los contenidos, serán nuestro referente para calificar y los relacionaremos con las competencias.
Con la presente herramienta informática se pretende que el profesor únicamente señale en el programa el nivel de consecución de cada uno de los estándares que el alumno ha conseguido, no ha conseguido, o ha conseguido parcialmente. A partir de este momento será el propio programa informático iCOM 2.0 el que generarála calificación mediante los puntos de corte ya mencionados que establecerán los indicadores que configuran cada una de las categorías (insuficiente del 1 al 4, suficiente, bien, notable7, notable8, sobresaliente9 y sobresaliente10) y mediante los cuales delimitaremos el número de indicadores que abarca cada una de ellas. El establecimiento de los puntos de corte evita complejas fórmulas para calificar que puedan resultar liosas para cualquier profesional no relacionado directa o indirectamente con las ciencias. También facilitamos el acceso a cualquier profesor sin necesidad de que esté familiarizado con ningún programa u hojas de cálculo, al no tener que conocer ningún lenguaje para introducir comandos, ya que con un clic de ratón se podrá marcar la consecución, o no, de cada uno de los indicadores.
2.- Evaluar y calificar las competencias básicas.
La calificación de las competencias se va a realizar de manera similar al descrito para las materias. Esto supone una gran innovación respecto a lo que se realiza hoy en día en los Institutos de Castilla la Mancha y es uno de los fundamentos nucleares del presente Programa Informático iCOM 2.0. Nuestra intención es que, aparte de proporcionarnos la evolución de cada alumno en las diferentes materias, nos debe dar información sobre su evolución en las competencias básicas. De este modo podemos acercar algo tan aparentemente ajeno y poco accesible como son las competencias a los alumnos y a los profesores.
Para calificar las competencias, el profesor debe relacionar los estándares del currículo con las competencias que cada estándar trabaje.El proceso implica poseer un conocimiento exhaustivo de los elementos curriculares por parte del profesor. Este trabajo se recomienda que no lo realice una sola persona, sino que sean todos los miembros del Departamento los que los elaboren y los discutan posteriormente ya que la labor de evaluar y calificar debe ser una tarea compartida y asumida por el equipo de profesores.
Para conseguir evaluar y calificar las competencias, el Programa informático iCOM 2.0 revisará las tablas que relacionan los elementos curriculares (estándares y resultados de aprendizaje evaluables, criterios de evaluación y competencias) previamente introducidas por los profesores del centro utilizando un proceso muy similar al de las calificaciones de lasmaterias mediante puntos de corte, podrá clasificar el nivel alcanzado por los alumnos en cada competencia. Así, en los boletines de información familiar ofreceremos a los padres/madres o tutores información sobre el nivel conseguido por un alumnos no sólo en las materias, sino en cada una de las competencias básicas.
3.- Elaborar un instrumento informático para facilitar a los profesores la tarea de calificar por competencias
La medición de los aprendizajes no es comparable con la medición en otros ámbitos de la vida, porque no es lo mismo medir cualidades físicas de los objetos, que medir cualidades psíquicas. Así, por ejemplo, el largo de una mesa va a medir siempre más o menos lo mismo, pero, si medimos los aprendizajes de los alumnos ¿podemos asegurar que un alumno obtendría la misma calificación en una materia si la medición la realizan dos profesores distintos o incluso el mismo profesor en dos momentos diferentes? Esta reflexión nos lleva a preguntarnos sobre la fiabilidad de las calificaciones, aunque éste no es el objeto del Programa que se presenta.
Existe una gran variedad de métodos a la hora de llegar a la calificación final por parte de los profesores. ¿Desde los que se limitan a hacer la media aritmética entre los exámenes de cada alumno y luego ponderar esa nota en función de los porcentajes que la Programación Didáctica incluya, a los que manejan una extensísima y detallada hoja de cálculo con porcentajes como el 2,5% o el 37,5% teniendo en cuenta todos las ponderaciones según el caso?.
La idea nuclear del presente Programa informático iCOM 2.0 es la de simplificar y unificar el modo de calificar las materias por parte de los profesores. A través del modelo que proponemos el profesor únicamente marcará los estándares que haya conseguido (o no) el alumno y la calificación la proporcionará automáticamente el Programa, evitando así las diferentes creencias de los profesores a la hora de calificar. Solo debemos tener en cuenta los indicadores conseguidos por los alumnos por lo que estamos situados en el modelo de evaluación criterial.
Con esta propuesta la variación de la calificación en un mismo centro se descarta por completo ya que los indicadores son el referente para evaluar. Por otro lado, la variación de la calificación de un centro a otro sólo puede estar en función de la situación de los puntos de corte, algo que no sería significativo ya que estamos hablando de diferencias muy pequeñas en la calificación global.
Hemos de puntualizar que esta propuesta, para que sea realmente efectiva, se debe acompañar de una metodología que se base en los principios del trabajo cooperativo, el aprendizaje significativo o la enseñanza individualizada, entre otros, estando esto lejos del propósito de nuestro Programa Informático. Nosotros nos limitaremos a la evaluación y, sobretodo, a la calificación.
4.- Implementar la evaluación criterial, elaboración de informes de evaluación (Programas de Refuerzo)
Tanto desde el punto de vista normativo como desde el punto de vista de la teoría pedagógica se da por superada la evaluación normativa y se exige una evaluación criterial, aunque en las aulas no está suficientemente arraigada. Por lo tanto, uno de los objetivos que nos proponemos con el presente programa informático iCOM 2.0 es el de contribuir a la implantación de la evaluación criterial en la práctica educativa.
Cuando la evaluación de un alumno se realiza en función del grupo/clase al que pertenece comparando sus resultados con los del resto, las pruebas se conciben como una clasificación de preguntas fáciles, normales y difíciles y los resultados finales se concretan, en la mayoría de los casos, en una distribución normal (es decir, la mayoría aprueba y pocos sacan calificaciones altas o bajas) estamos utilizando un tipo de evaluación normativa. La evaluación por norma no nos dice lo que el estudiante puede o no puede hacer, sino si puede hacer más o menos que los demás.
Este tipo de evaluación es útil para las situaciones en las que se desea discriminar entre los examinandos en una situación de númerus clausus en la que sólo hay posibilidades de admisión para un número limitado de individuos (por ejemplo, en unas oposiciones) y tiene poco sentido en una clase de Secundaria o Bachillerato, que solo nos interesa conocer lo que puede hacer, o no, un alumno. La subjetividad de este tipo de evaluación es evidente ya que el resultado de un alumno depende del grupo en el que esté situado. Además, en este modelo “normativo”, independientemente de la calidad del proceso de enseñanza/aprendizaje siempre existirán alumnos que estén por debajo o por encima de la media del grupo; es decir, siempre existirán alumnos catalogados como de insuficientes y alumnos catalogados como de sobresaliente.
Por otro lado tenemos la evaluación criterial que se basa en que el referente que se utiliza para comparar los aprendizajes de los alumnos son objetivos de aprendizaje concretos; es decir, lo que hemos llamado indicadores competenciales. Los alumnos participan en su proceso de aprendizaje al conocer de antemano los objetivos didácticos que van a aprender en cada Unidad Didáctica. Así, antes de comenzar cada U.D. se entregarán a los alumnos los indicadores que deberán superar para que sean protagonistas de su propio aprendizaje.
Cuando se tiene claro el “dominio” a comparar (los estándares) y los alumnos los conozcan, el profesor deberá discernir qué alumno ha alcanzado los estándares y cuáles no lo han conseguido. Con esto se consigue, entre otras cosas,una evaluación individualizada, como propugna la LOMCEen su artículo 29 entre otros.
El último objetivo, que nos ofrece el presente Programa, es el de proporcionar de forma clara y rápida un informe de evaluación (o Programa de Refuerzo) de cada alumno, que se generará automáticamente desde el momento en que el profesor introduzca qué indicadores ha conseguido y cuáles no. Este documento tendrá la extraordinaria propiedad de contener con detalle todos los aprendizajes que ha superado el alumno y los que le quedan por superar y los que no ha conseguido se convertirán en referente de lo que tiene que trabajar el alumno.
A fin de conseguir los objetivos propuestos, la medida que proponemos es cualitativa y no cuantitativa como la que se utiliza actualmente. Para entender el modelo que se propone es necesario precisar brevemente lo que son los puntos de corte. Estos puntos de corte sirven para establecer los aprendizajes que configuran las diversas categorías que integran las calificaciones en Educación Primaria y Secundaria: Insuficiente, Suficiente, Bien, Notable y Sobresaliente. Así, si tenemos un conjunto amplio de indicadores de evaluación (estándares), mediante los puntos de corte delimitamos el número de ellos que incluye cada una de estas categorías.
Una de Las tareas del profesor es traducir los resultados de las evaluaciones parciales o de la evaluación final de los alumnos en una medida que refleje el nivel de competencia alcanzado por cada uno de ellos en relación con los elementos básicos de una materia durante un periodo de tiempo concreto. Nuestra propuesta creemos que mejora los diferentes modelos de calificación actuales y está enfocada a la Educación Primaria y Secundaria Obligatoria, e incluso al Bachillerato.
Para llevarla a cabo este TFG utilizaremos la metodología ágil denominada kanban, que permite que el trabajo que está en progreso esté siempre visible y limitado durante el desarrollo del producto software. Gracias a los tableros como herramienta de visualización, a la reducción del tiempo de inactividad, la entrega continua, mediente pequeños incrementos y la limitación del trabajo en progreso, optimizaremos el flujo de trabajo de acuerdo a la capacidad disponible en horas de trabajo por parte del alumno en cada momento.
COMPETENCIAS de la titulación a desarrollar con este TFG:
[BA6] Conocimiento adecuado del concepto de empresa, marco institucional y jurídico de la empresa. Organización y gestión de empresas.
[CM6] Capacidad para desarrollar y evaluar sistemas interactivos y de presentación de información compleja y su aplicación a la resolución de problemas de diseño de interacción persona computadora.
[CO1] Capacidad para diseñar, desarrollar, seleccionar y evaluar aplicaciones y sistemas informáticos, asegurando su fiabilidad, seguridad y calidad, conforme a principios éticos y a la legislación y normativa vigente.
[CO2] Capacidad para planificar, concebir, desplegar y dirigir proyectos, servicios y sistemas informáticos en todos los ámbitos, liderando su puesta en marcha y su mejora continua y valorando su impacto económico y social.
[TI1] Capacidad para comprender el entorno de una organización y sus necesidades en el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones.
[TI3] Capacidad para emplear metodologías centradas en el usuario y la organización para el desarrollo, evaluación y gestión de aplicaciones y sistemas basados en tecnologías de la información que aseguren la accesibilidad, ergonomía y usabilidad de los sistemas.
[UCLM2] Capacidad para utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
[INS2] Capacidad de organización y planificación.
[INS3] Capacidad de gestión de la información.
[SIS9] Tener motivación por la calidad.
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